Una “empresa rockstar” tiene fans, no clientes, que la siguen y recomiendan porque se identifican con ella y comparten el mismo sueño, valores e ideales.
Tiene un propósito trascendente y valioso que inspira a todos, dentro y fuera del negocio siendo un ejemplo a seguir aunque no se lo proponga porque cumple su promesa en todas las actividades que realiza.
Ha creado un estilo único de hacer las cosas porque sabe lo que quiere y lo que no también, la rentabilidad es vital pero sólo si es sostenible, innovadora, ética, divertida, fascinante y replicable.
Tiene herramientas que le dan el poder de estar bien posicionada y conectada con el mercado, mantener sus finanzas sanas, contar con un equipo de trabajo empoderado y leal, cumplir con las normas, producir eficaz y eficientemente y tener un manual de operaciones vivo y actualizado, tanto que puede seguir funcionando y creciendo aunque los dueños o fundadores ya no estén dentro.
Vaya, es tan buena que se vende sola.
Esa es una “empresa rockstar”, ¿te gustaría que la tuya fuera así?, yo te puedo ayudar.