No seas egoista

Sí, el mundo necesita esa maravillosa empresa que tienes en mente…, y tú también, porque quieres hacer realidad tu sueño y darle sentido a tu vida. Si eres o pretendes ser empresario este mensaje es para ti y entenderás a la perfección lo que escribo porque has decidido que una empresa es el medio que te llevará a hacerlo realidad.

Me gusta el tema porque sirve para recordar por qué emprendemos (más ahora en estos tiempos pandémicos) y aunque somos una tribu grande los motivos no son tantos y se repiten sin importar el tamaño, la época o la madurez de tu empresa. Puedo identificar claramente cinco, si me falta alguno no dudes en decirme para incluirlo: libertad, transcendencia, diversión, dinero y familia. Cada historia es única, pero verás que una o varias de estas razones fueron la mecha que prendió tu fuego emprendedor y te llevó al punto clave de “ya no más” o “hasta aquí llegué” o “este es mi momento”, pero los que llevamos tiempo en este andar sabemos que eso es sólo el inicio, lo que te empujará o jalará con suficiente fuerza para dar ese primer paso. A partir de ahí se requerirán dos cosas más: conocimiento y herramientas.

Aprender a ser empresario es algo que muchos obviamos, sobre todo al principio cuando todavía no sabemos en lo que nos estamos metiendo. Es cuestión de tiempo y algunos trancazos para aceptar que necesitamos ayuda y que esto de emprender es otra carrera que necesitamos cursar, con mentores y mucha información incluida. El objetivo es diseñar una empresa rentable, sistematizada, sostenible, posicionada, soñadora, conectada, reconocida, sana, legal, humanista, responsable, saludable, mágica, proactiva, audaz, generosa, auténtica, visionaria, innovadora, flexible, sorprendente, ética, íntegra, honesta, honorable, fascinante, placentera, disruptiva, amorosa, poderosa, original, independiente, trascendente, sabia, replicable, deseada, organizada, eficiente, divertida y eficaz…, ¿simple no?, una empresa “rockstar” como me gusta decirlo.

Ya sabiendo cómo le vas hacer, el qué, o sea, las herramientas, es más sencillo. Bueno, más o menos porque empieza el trabajo duro mezclado con mucha disciplina. Aquí es donde aterrizas tus ideas, validas tus hipótesis, diseñas una estrategia y la ejecutas. Empezar con un primer borrador de tu plan de negocios no es mala idea mezclado con un buen lienzo canvas al mismo tiempo que empiezas a armar tu manual de operaciones, digamos que en estas tres herramientas estará contemplado todo: estrategia, marketing, producción, finanzas y personal. Si para empezar me pides elegir uno de mis gurús favoritos, sería Michael Gerber y Maru Medina como una de sus mejores discípulas, convertida ya también en una coach experimentada y capaz. Después vendrán muchos más, pero con ellos dos tienes para iniciar.

Checa cómo se ve ahora en sentido inverso: tienes que diseñar e implementar las herramientas necesarias que hagan más rentable, sistemática, trascendente, sostenible, creativa e inspiradora a tu empresa para que sea el medio que haga realidad tus sueños y le dé sentido a tu vida. ¿Suena bien no? Un amigo mío lo dice así también: tienes que ponerle alma y corazón (tu sueño o propósito), mucho cerebro (aprendizaje y estrategia) y todo el hígado (trabajo y disciplina).

Si el sueño es grande y el propósito trascendente pagarás el precio sin dudar y con gusto, recuerda que la empresa es el instrumento para lograrlo y tu legado para hacer de este mundo un lugar mejor, para ti, tu familia, tu equipo de trabajo y tus aliados. Por eso apelo a tu generosidad y te digo que no seas egoísta, para que no te la guardes y la hagas realidad. Es más, desde ahorita me declaro tu fan, así que échale ganas, apúrate y espero noticias tuyas pronto.



Publicado en el Blog de la UPP (Universidad Privada de la Península)
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