Duró tres años

“Su origen es incierto pero la teoría más sólida es que fue una mezcla de insalubridad, hacinamiento de varias especies animales (humanos, aves, cerdos) y un cruce de contagios entre ellas.

No se sabía pero desde mediados de año se había producido una primera oleada. Comenzó a llamar la atención en diciembre de ese año porque era más letal que las gripes comunes o conocidas hasta ese momento. Fue hasta marzo del siguiente año que fue notificada ya como algo grave y con potencial de convertirse en una pandemia. Por intereses económicos y políticos, las altas autoridades decidieron no cerrar fronteras ni limitar el libre tránsito de las personas aún sabiendo las posibles consecuencias.

En algún momento del verano de ese mismo año el virus sufrió una mutación o grupo de mutaciones que lo transformó en un agente infeccioso letal. El primer caso confirmado de la mutación se dio en agosto ya en otro continente. Los hospitales estaban colapsando y en la oleada de mayo, se cree que más de la mitad de la población había contraído la enfermedad.

Pese a todo lo peor estaba por llegar. Aunque las ciudades habían pasado lo más duro, la segunda oleada de ese mismo año afectó tanto a las ciudades como a pequeños municipios del mundo rural. El 75 % de las muertes se cree que acontecieron en la segunda oleada. Aunque esta epidemia comenzó siendo una gripe relativamente benigna, su mortalidad fue aumentando progresivamente.

Dos años después de los primeros casos, la enfermedad ya fue mucho menos virulenta por estar la mayoría de los organismos adaptados al virus. Finalmente, el siguiente año aún se detectó un último repunte, pero no hubo más. Con todo, la gran epidemia desapareció de una forma muy parecida a como había empezado, entre otras razones por estar la mayoría de los supervivientes inmunizados.

Duración total: tres años”.


No, no es la historia de la COVID-19 sino de la fiebre española (1917-1920), pero como se parecen.


(Publicado en Facebook / 14 de diciembre de 2020)